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>>Siguiendo Guerin Meneville á Latreille, admite el género Cardisoma de este autor, descrito en la Encycl. méthod., tomo x, pág. 685, y describe el C. Guanhumi, Marcgr.

>>Igual deficiencia en cuanto à las costumbres y utilización por el hombre de estos animales, he encontrado en otras muchas obras antiguas y modernas que he consultado, por lo que me ha parecido oportuno dar algunas noticias acerca de estos animales, tan conocidos por los naturales de las Antillas.

>>Los géneros Gecarcinus y Cardisoma viven generalmente en la proximidad de las playas, en terrenos arenosos, donde fabrican cuevas, ó sea agujeros bastante profundos, en los que se guarecen: dichos agujeros llegan por lo general á una capa más húmeda del suelo, consiguiendo tener una atmósfera más saturada de vapor de agua, cuyo medio les es beneficioso, ó por lo menos atenuar la temperatura elevada del suelo y la evaporación producida por el aire y el sol.

>>Prefieren los bosques frondosos, por lo mismo de suelo más húmedo, aunque no es raro encontrarlos á bastante altura y á distancias considerables del mar en rocas calizas y con muy poca vegetación.

»Los que viven próximos á las playas, en los bordes de los pantanos ó en las aguas estancadas, no abandonan la residencia durante el año, pero los que habitan en terrenos poco húmedos y no muy distantes del mar, emprenden el viaje hacia la costa por los meses de Febrero ó Marzo, con cuyo motivo se forman legiones tan numerosas, y producen tal ruido al contacto de las pinzas y los caparazones unos contra otros, que según historiadores de América, se dió el caso de desbandarse un ejército de soldados españoles, atemorizados por creer que se trataba de un gran número de enemigos que con las armas causaban aquel ruido.

>>Prosiguen su viaje, y llegados á la costa, acampan en la proximidad de ella y entran en el mar algunas veces, pero sólo por momentos y casi sin perder tierra, pues son malos nadadores; así que parece no tienen razón los viajeros que afirman se abandonan á las olas, aunque añaden que evitan los sitios en que estas baten con mucha fuerza.

>>Hay un hecho que no he podido observar y acerca del que se emiten distintas opiniones. Es indudable que la hembra, como la de casi todos los decápodos tiene el pleon conformado

de manera que puede replegarse y llevar los huevos después de la puesta; en el género de que nos ocupamos, cuyo pleon se repliega contra el pereion, sirviendo la forma de aquel para distinguir al macho de la hembra, se verifica lo mismo; pero lo que no hemos podido observar, ni saber por otros observadores, es si abandona la hembra en la proximidad del mar los huevos ya fecundados ó si los lleva consigo hasta el nacimiento de los hijos, encargándose de cuidarlos.

>>En los meses de Mayo ó Junio emprenden el viaje de vuelta: en esta época enflaquecen considerablemente, y lo que generalmente se llama hígado, mejor glándula gástrica, segrega gran cantidad de un líquido amargo, lo que comunica al animal sabor muy desagradable en la parte comestible del caparazón y poca carne en las pinzas que son las que casi se estiman más para comer, como sucede con las llamadas «bocas de la Isla», aunque no hay costumbre de mutilar al animal.

>>Pocos días bastan para restablecerse, así que á mediados ó fines de Julio ya ha podido hacer provisión de sustancias alimenticias en su organismo y se encuentra en condiciones de sufrir la muda, fenómeno que no he podido observar, pero cuyo estudio no dejaría de ser interesante. Oculto en la cueva se despoja de los tegumentos externos, pareciendo tardar bastante en verificarse el endurecimiento del nuevo tegumento y no es raro encontrarlos con la cubierta blanda, en cuyo caso se dice que están toninos.

>>A fines de Agosto ó Septiembre vuelven á encontrarse en condiciones normales y á poco entran en celo. Son muy poco sociables y casi siempre andan solos ó en parejas, y sólo se ven reunidos en gran número cuando emigran.

>>Con respecto á su alimentación existen bastantes fábulas ó creencias más o menos infundadas. Así se dice por algunos viajeros que sólo viven en sitios donde haya materias en descomposición, y hasta llegan á afirmar que en la proximidad de los cementerios fabrican galerías que llegan hasta los cadáveres, de los cuales se alimentan. Aun cuando estos animales son carnívoros, y pudieran llegar tal vez à nutrirse con la carne humana en descomposición, no puede afirmarse de una manera general que así sea, sino más bien que, de verificarse, constituiría un caso aislado. Además, es bien sabido el régimen alimenticio á que se los somete para desaziguatarlos cuan

do se les supone envenenados por el manzanillo, y que consiste sencillamente en alimentarlos con legumbres crudas ó cocidas y con los restos de la comida sobrante en las casas durante algunos días (1).

>>El alimentarse con estas frutas y otras distintas partes de vegetales, como hojas, tallos tiernos, etc., parece venir en confirmación de lo que dijimos antes refiriéndonos á lo expuesto por distintos viajeros con respecto á la vida de estos animales. >>No obstante su respiración branquial, perecen asfixiados al poco tiempo de encontrarse sumergidos en el agua. Así es que cuando llega la estación de las lluvias se les ve por el campo andar de un lado para otro, á causa de haberse inundado la cueva en que vivían, y de esta circunstancia se aprovechan los que se dedican á cazarlos, pues echando agua en las galerías los obligan á abandonarlas, y luego con la mano, aunque no sin exposición, por la enorme presión que ejercen con sus robustas pinzas, pueden apoderarse de ellos para venderlos en el mercado, donde se aprecian bastante, tanto que se les cría y se atiende á su reproducción en cercados ó parques cons

(1) Con motivo del envenenamiento de estos crustáceos, y de casi todos los peces, por haber comido las frutas del manzanillo (Hippomanæ Mancinella L.), de que habla ya Hernández de Oviedo, citaré algunas de las observaciones de M. Grosourdy en su obra El médico botánico criollo, tomo iv, pág. 105. Dice así:

<< Las frutas del manzanillo parecen, á primera vista, manzanitas llamadas api, >>cuyo olor agradable tienen, mientras que su sabor es acre algún rato después de >>probadas; partidas transversalmente tienen en su centro un hueso único, mientras >>las manzanas legítimas tienen en el mismo lugar cuatro ó cinco pepitas contenidas >>en otras tantas celdillas de paredes cartilaginosas, carácter suficiente para diferen>>ciar unas de las otras y evitar accidentes de mayor gravedad »

«<Los peces y cangrejos que se alimentan con los frutos de este árbol se aziguatan ó >>se vuelven venenosos, según dicen; lo que ha sido causa de muchas desgracias, por»que los que los comen en ese estado, sin tener el cuidado de alimentarlos en casa >>durante algún tiempo con plátanos ú otros frutos, se envenenan, y se la visto mo>>rirse á algunos con cólicos atroces y deposiciones muy repetidas, casi como acome»tidos del cólera.»>

Describe después los sintomas del envenenamiento que producen las frutas del manzanillo comidas y los experimentos que hizo en distintos animales; así observó que el jugo lechoso de dicha euforbiácea, ingerido en el aparato de un perro, lo mata casi instantáneamente, pero que no envenena tomada junto con algún alimento; con lo que se explica que los peces y los C. Guanhumi, vulgarmente hueyes ó jueyes, puedan comerlos sin perjuicio para ellos, y sean venenosos para las personas. Algunas otras observaciones hace también sobre las propiedades y aplicaciones terapéuticas de esta planta en ciertas enfermedades, entre ellas la elefantiasis, de las que no nos ocu paremos.

truídos á este efecto, y de los que se obtienen grandes rendimientos; la construcción casi queda reducida á buscar lugares algo húmedos y de vegetación abundante, y á cercarlos con estacadas que entran en tierra lo bastante para evitar que puedan escaparse, abriendo galerías más o menos profundas.>> -El Sr. Secretario leyó el acta de la última sesión de la Sección de Sevilla que va á continuación.

SECCIÓN DE SEVILLA.

Sesión del 12 de Enero de 1893.

PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN.

-Se leyó y aprobó el acta de la anterior.

-El Sr. González Fragoso leyó la nota siguiente:

Especies de algas de agua dulce recientemente encontradas por mí.

Chara aspera Willd.-Sevilla, Delicias. En una fuente. Microspora fontinalis De Toni.-Sevilla, San Bernardo. En un estanque.

Eudorina elegans Ehr.-Sevilla. En una vasija abandonada con agua al aire libre.

Hæmatococcus lacustris Rostaf.-Sevilla. Como la anterior.
Protococcus botryoides Kirchn.-Sevilla. Como la anterior.
Spirogyra porticalis Cleve.

var. Juergensis Kirchn.-Sevilla. Fuente de la Uni-
versidad.

Nostoc muscorum Ag.-Sevilla. Después de las lluvias en las azoteas y tejados, entre los musgos.

-Se dió lectura á la siguiente nota remitida por D. Feliciano Candau:

« Un yacimiento prehistórico en Carmona.

>>Excepcional interés despiertan las investigaciones que persigue el Sr. D. Juan Pelaez en Carmona, de cuyo nuevo yacimiento ha extraído materiales bastante abundantes para reunir un pequeño pero curiosísimo museo local, que honra por extremo á la diligencia y amor científico de este arqueólogo español.

»A 4 km. al NO. de la población, que tantos restos de las edades pasadas contiene, en una pequeña altura, á la izquierda de la carretera general de Madrid y limitado al lado opuesto por hondo tajo de arenisca terciaria roja, se extiende el campo de túmulos, de donde se han extraído las aludidas riquezas arqueológicas. Cerca de veinte han sido excavados, y desde luego puede hacerse de ellos dos grupos: unos, más antiguos, en los que se recogen objetos de silex, huesos grabados y trozos de vajilla mezclados con huesos humanos y que no encierran el menor rastro de metal, y otros en menor número, más recientes, en los cuales los restos aparecen calcinados y de los que se han extraído los ejemplares de bronce y oro con que cuenta el museo.

»Aunque perteneciendo á distintas épocas unos y otros túmulos ofrecen construcción muy semejante: á veces se hicieron abriendo en la arenisca una cavidad rectangular en la cual colocaban el cadáver, rellenando luego el interior de la cavidad de arena fina, que cubrían con un gran montón de piedrecillas, y cubriendo el todo con una capa de tierra de bastante espesor; otras veces, en vez de excavar la sepultura en la roca, formaban la cavidad con piedras, que en algunos túmulos se ven cementadas con barro, y sobre dicha cavidad se construía el montículo. De acuerdo con el culto al sol, que revelan todos los enterramientos primitivos, estas sepulturas están orientadas de E. á O., al paso que los cadáveres en unas se hallan tendidos á lo largo de la cavidad y mirando á Oriente, pero en otras fueron enterrados sentados con la cabeza junto á las rodillas, como se observa en muchas momias americanas, y en este caso mirando al N.

>>Por último, encuéntrase en la parte exterior de cada enterramiento una ó varias piedras de hechura especial, que, tos

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