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de cilindro-eje ascendente y células de cilindro-eje descendente.

a. Las células de cilindro-eje ascendente poseen caracteres muy típicos. Son en su mayor parte piramidales, con la base inferior enclavada en la parte externa de la zona de células polimorfas y el cuerpo y tallo radial alojado entre los granos (fig. 11). En ellas hay que considerar el tallo ó tallos periféricos, las expansiones basilares y el cilindro-eje.

El tallo radial es grueso, casi liso, penetra perpendicularmente en la capa de los granos, y, ya en ésta, ya en plano más periférico, se divide en dos ó más ramas lisas que se separan en ángulo agudo y terminan, después de tornarse varicosas, en lo alto de la capa molecular. No es raro ver el tallo radial dividirse, en su mismo arranque, en dos gruesas ramas ascendentes lisas que conservan su individualidad hasta el remate superior.

A veces, los dos tallos ascendentes dimanan de puntos algo distantes del cuerpo celular, con lo cual este adquiere, en vez de la forma piramidal típica, una figura más ó menos estrellada (fig. 12 d).

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Las expansiones basilares son tres ó más, siendo frecuente que dos proceden de los lados y una del centro de la base celular. Estas ramas se distinguen por un aspecto fuertemente varicoso, y por su relativa cortedad. En ocasiones, las varicosidades son tan gruesas y los puentes de unión tan cortos, que dichas ramas semejan un rosario. La terminación de los apéndices laterales tiene lugar en la zona limitante misma, descendiendo rara vez, mientras que el basilar central puede bajar ramificándose hasta la subzona profunda.

El cilindro-eje nace pocas veces del cuerpo celular; lo común es que proceda, ora de la parte lateral del tallo ascendente, ora del paraje en que éste aborda la capa molecular. Durante su curso ascendente, dicha expansión funcional es delgada y no suministra colaterales; pero en cuanto gana la parte más profunda de dicha zona adquiere mayor espesor y se dobla bruscamente para correr horizontalmente, y durante grandísimo trecho, por encima de los granos. En ciertos casos, al nivel de su inflexión, el cilindro-eje se bifurca, apartándose las ramas en opuesta dirección.

Cualquiera que sea la forma de esta primera ramificación,

el comportamiento ulterior de los gruesos ramos es el mismo; tras un curso, a menudo larguísimo y flexuoso, se descomponen en una arborización varicosa descendente que se pierde entre

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A

Fig. 12.-Corte de la fascia dentata del conejo de ocho días. Método de Golgi. A, capa molecular; B, capa de los granos; C, subzona plexiforme; D, subzona de las células irregulares. a, grano dislocado; b, célula de cilindro-eje corto; d, célula de cilindro eje ascendente ramificado entre los granos; e, f, otras cuyas expansiones nerviosas se arborizan en la capa molecular; b, célula de cilindro-eje corto; j, g, cé-lulas de prolongación nerviosa descendente.

los granos subyacentes; mientras que de su trayecto horizontal proceden, en ángulo recto, numerosas colaterales descendentes que, dividiéndose y subdividiéndose repetidamente, acaban por resolverse en ramúsculos varicosos libremente terminados en los intersticios de la zona de los granos.

Del conjunto de las ramas gruesas y de los ramúsculos terminales de los cilindros-ejes ascendentes, se forman dos plexos nerviosos de gran riqueza y complicación: uno, supragranular, situado en el cuarto inferior de la zona molecular, y constituído por la reunión y entretejimiento de multitud de ramas nerviosas horizontales; otro, intergranular, mucho más fino y tupido, compuesto del entrecruzamiento de los infinitos ramúsculos secundarios y terciarios de las ramas horizontales.

Este último plexo no abarca todo el espesor de la zona de los granos, sino la mitad ó los dos tercios externos; y es tan tupido, que en los cortes bien teñidos por el método de Cox ó el de Golgi, aparece como un fieltro apretadísimo en cuyos huecos ovoideos y claros se alojan los cuerpos de los granos. Hacia abajo el plexo ofrece más laxitud y se termina por multitud de hilitos varicosos descendentes ú oblicuos, acabados por una intumescencia (fig. 11 y 12 m, y sobre todo la 14 B).

Las células piramidales que acabamos de exponer, corresponden completamente á una de las dos variedades de corpúsculos de cilindro-eje ascendente que residen en el asta de Ammon (aquellas cuyas ramitas nerviosas forman plexos pericelulares). Su misión parece ser asociar ó poner en acción un número considerable de granos.

b. Las células de cilindro-eje descendente son mucho más raras que las precedentes; su figura es estrellada ó fusiforme, y sus apéndices protoplasmáticos marchan más ó menos horizontales, dividiéndose y subdividiéndose en la subzona media ó plexiforme y mostrando un contorno dentellado. Alguna de estas expansiones puede ingresar en la zona de los granos, como se verá en la célula de la fig. 9, m. En cuanto al cilindroeje, brota unas veces del cuerpo, otras de una rama protoplasmática, y, descendiendo á través de las zonas subyacentes, ingresa en el alveus.

Subzona plexiforme.-Es espesa, de aspecto plexiforme en las preparaciones teñidas al carmín, y contiene esparcidos irregularmente en su trama tres especies de corpúsculos nerviosos: células de cilindro-eje ascendente; células de cilindro-eje descendente; células de cilindro-eje corto ó sensitivas de Golgi.

a. Las células de cilindro-eje ascendente son de forma varia, dominando la globulosa con expansiones divergentes (figura 12 d, o, e). Excepcionalmente afectan figura en huso, dirigida ya vertical, ya oblicuamente (fig. 12 f). Los apéndices protoplasmáticos divergen en todos sentidos, ramificándose en el espesor de la zona plexiforme; pero es frecuente encontrar células que además de los apéndices horizontales y divergentes, emiten uno, dos ó más de curso ascendente, ramificados, á la manera de los de los corpúsculos piramidales más atrás descritos, en lo alto de la capa molecular. Finalmente, alguna vez se encuentran células exactamente iguales á las piramidales de

cilindro-ascendente sin otra diferencia que, en lugar de yacer en la capa limitante, residen más abajo en plena subzona plexiforme (fig. 11 b).

El cilindro-eje de casi todas estas células surge de lo alto del cuerpo ó de una gruesa rama protoplasmática, cruza la capa de los granos, aborda la molecular y, à distintas alturas de ésta, se bifurca para producir una extensa ramificación de ramitas horizontales (fig. 12 n). Los cilindros-ejes cuya bifurcacion ó ramificación ocurre en el cuarto inferior de la zona molecular contribuyen á formar el plexo que en este paraje existe y pueden suministrar ramificaciones descendentes para el plexo intergranular.

b. Las células de cilindro-eje descendente, residen en todo el espesor de la subzona media ó plexiforme, aunque abundan más hacia su mitad profunda. Exhiben aspecto fusiforme ó estrellado y sus expansiones protoplasmáticas, notables por su gran longitud y aspecto velloso, marchan por lo común horizontalmente sin invadir jamás la zona de los granos. El cilindro-eje es robusto, baja casi rectilíneamente hasta la región del hileo, y se continúa con una fibra del alceus; en su trayecto por la región subyacente (zona molecular superpuesta á las grandes pirámides del asta de Ammon) emite una, dos ó tres colaterales finas recurrentes, que, ascendiendo hasta la subzona plexiforme de la fascia dentata, se terminan en ésta por una extensa ramificación varicosa (fig. 9 m, n).

C.

Células de cilindro-eje corto.- Son, por lo común, de forma estrellada, y sus expansiones protoplasmáticas marchan en todos sentidos; algunas de ellas ganan la capa molecular de la fascia dentata, donde se ramifican dicotómicamente. Su cilindro-eje ofrece una dirección variable, á menudo algo horizontal, y se resuelve en seguida en un número considerable de ramitas varicosas, que contribuyen á complicar el plexo intercelular de la subzona plexiforme. Las ramitas de esta arborización marchan, á veces, en dirección paralela á la fascia dentata, alcanzando una gran longitud y suministrando ramitas ascendentes que se consumen en la zona molecular, es decir, por encima de los granos.

Subzona de las células fusiformes.-Es la capa límite de la fascia dentata y se relaciona por abajo con la zona molecular de las gruesas pirámides del asta de Ammon. Contiene esta

subzona varios tipos celulares: los corpúsculos estrellados de cilindro-eje descendente; los fusiformes de cilindro descendente; y células estrelladas ó sensitivas de Golgi, de amplia arborización nerviosa.

a. Las células estrelladas ó triangulares, son aplastadas en sentido vertical y sus expansiones protoplasmáticas, muy numerosas y dicotomizadas, marchan de preferencia en el mismo sentido que la zona en que habitan, ramificándose por el espesor de la subzona plexiforme y mostrando un contorno notablemente espinoso.

El cilindro-eje es grueso y parte comunmente de la cara inferior del cuerpo celular (fig. 12 g, j); desciende en seguida á través de la zona molecular del asta de Ammon, cruza las gruesas pirámides é ingresa en el alceus. En su trayecto suministra alguna que otra colateral, que remonta la zona molecular del asta de Ammon y retrocede hasta la misma subzona de las células que estudiamos, donde se resuelve en finas ramitas.

b. Células fusiformes horizontales.—Son corpúsculos de mediano tamaño situados concéntricamente en el confín inferior de la zona de las células polimorfas; de sus polos surgen expansiones, primero simples, luego ramificadas que se pierden en el espesor de la subzona que estudiamos. Sus ramas protoplasmáticas difieren de las de los corpúsculos triangulares ó estrellados en que no exhiben el contorno espinoso ni tienen tendencia á ascender. El cilindro-eje es descendente, partiendo comunmente de un tallo polar, y baja luego más ó menos oblicuamente para ingresar en el alveus. En su camino suministra, para la zona molecular del asta de Ammon ó acaso también para zonas más altas, dos ó tres colaterales (fig. 9 p). Por lo demás, estas células fusiformes han sido ya mencionadas por Sala y Schaffer, pero sin precisar su situación, ni haber puesto en claro el comportamiento del cilindro-eje. Es cierto que L. Sala parece haberlo impregnado, pero la cortedad del que representa en una de sus figuras, y la opinión que expone de que dichos cilindros-ejes pertenecen al segundo tipo de Golgi, resolviéndose en una red que vendría á complicar la existente al nivel de la subzona plexiforme, nos parecen demostrar que no ha logrado impregnarlos suficientemente.

C.

Células triangulares ó estrelladas de cilindro-eje corto.Tal aparecía el corpúsculo representado en h, fig. 12. Hacia lo

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