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tres partes: del subiculum, de las ramas más altas de los cilindro-ejes ascendentes y de las arborizaciones nerviosas de las células estrelladas de la capa molecular. Los dos orígenes primeros son positivos, según resulta de nuestras observaciones; en cuanto al tercero, lo juzgamos dudoso, pues no es de creer que posean vaina espesa de mielina las últimas ramitas de las delicadas arborizaciones nerviosas de las células mencionadas. La corriente principal dimana verosímilmente del subiculum, pues como ya veremos más adelante, la parte superior de este órgano aparece surcada por cilindro-ejes ascendentes que, después de abordar la zona molecular, ingresan en el asta de Ammon, ramificándose repetidamente á lo largo de la lamina-medullaris involuta.

II.

Fascia dentata.

Como ya expusimos más atrás, la fascia dentada debe estimarse como una faja acanalada de corteza cerebral sobreañadida á la zona molecular del asta de Ammon, y de tal modo dispuesta, que abraza por su concavidad el remate ó borde delgado de este último cuerpo. (Véase la fig. 2.")

Consta la fascia dentada de las tres capas fundamentales de la corteza típica y del asta de Ammon: la zona molecular ó externa, la de los granos (correspondiente á las pirámides del cerebro), y la zona de células polimorfas.

ZONA MOLECULAR (fig. 9 A).-Es la más excéntrica de las que componen la fascia dentata y, de conformidad con todas la zonas que llevan dicho nombre, se compone de dos especies de fibras íntimamente entremezcladas: expansiones protoplasmáticas espinosas nacidas en células subyacentes, y fibrillas nerviosas terminales. Encierra además corpúsculos nerviosos especiales, una de cuyas variedades ha sido señalada por L. Sala.

Los corpúsculos nerviosos que nosotros hemos logrado ob

servar son:

Células triangulares ó granos dislocados. - Estos corpúsculos semejan enteramente á los que forman el stratum granu

ANALES DE HIST. NAT.-XXII.

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losum subyacente, salvo que son triangulares ó semilunares y habitan en planos diversos de la zona molecular (fig. 10 a). De la parte exterior del cuerpo brotan tres ó más apéndices ascendentes que se pierden en dicha capa, después de mostrar en su contorno fuertes desigualdades y, en ciertos puntos, verdaderas espinas. El cilindro-eje desciende unas veces directamente, otras traza antes un escalón horizontal extenso encima de la capa granulosa, para bajar luego de un modo vertical á través de los granos y continuarse, en definitiva, como la expansión nerviosa de los granos, es decir, con una fibra musgosa de la zona lucida ó suprapiramidal (fig. 10 a). Cuando el grano dislocado yace en nivel bastante alto, como se puede ver en la fig. 12 a, no es raro que el cilindro-eje suministre en plena zona molecular algunas colaterales que se ramifican y consumen en el tercio inferior de ésta.

b. Células de cilindro-eje corto.- Deben distinguirse en superficiales y profundas:

Las superficiales son piriformes, ovoideas ó fusiformes, de talla diminuta, exhibiendo finas expansiones protoplasmáticas en su mayor parte horizontales y descendentes (fig. 9 f, g, h). La prolongación nerviosa, sumamente fina, se termina á poca distancia en la parte externa de la zona molecular, á beneficio de una arborización delicada y de corta extensión. Una de estas células ha sido representada por Sala en la lámina anexa á su trabajo.

Las células profundas son más voluminosas, afectan una figura triangular ó estrellada y residen en la mitad inferior de la capa molecular (fig. 9 e). Sus ramas protoplasmáticas divergen en todos sentidos, dicotomizándose sucesivamente; entre ellas es frecuente ver una ó dos expansiones descendentes que, después de cruzar la capa de los granos, se dispersan y acaban en la zona de las células polimorfas. La expansión funcional, más robusta que la de los corpúsculos superiores, afecta una dirección variable, descomponiéndose en numerosas ramas finas y varicosas que se extienden por la zona molecular. La mayor parte de estas ramitas nerviosas marchan paralelamente à la fascia dentata, alcanzando notable longitud y contribuyendo á complicar el plexo nervioso que comprende todo el espesor de la zona molecular.

En general, todas las células de la capa molecular se distin

A

B

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guen por la delgadez de las expansiones protoplasmáticas y la carencia de apéndices espinosos ó de notables desigualdades en el contorno de estas. En ocasiones, la diferencia entre el

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Fig. 9.-Corte de la fascia dentata del conejo de un mes, Método de Cox. a, pequeña célula de la capa molecular; f, g, h, e, células nerviosas de cilindro-eje corto; j, célula cuyo cilindro-eje corto se arborizaba en la capa de las células polimorfas; m. n, o, r, q, t, células de cilindros-ejes descendentes; p, célula fusiforme horizontal.

cilindro-eje y dichos apéndices es tan escasa, que cuesta trabajo pronunciarse acerca de su existencia; reconociéndose aquel más que por su delgadez y lisura, por la propiedad de emitir colaterales en ángulo recto. En muchos corpúsculos la expansión funcional no puede ser apreciada; sin embargo, no cabe excluir en este caso un defecto de impregnación (figuras 9 a, b, d). En suma, las células nerviosas de la capa molecular, exceptuando los granos dislocados, son los corpúsculos de los centros cuyo cilindro-eje es más corto y exhibe una arborización terminal más pobre.

CAPA DE LOS GRANOS Ó DE LAS CÉLULAS OVOIDEAS.-Consta

esta zona en los pequeños mamíferos (conejo, rata, etc.) de varias hileras de corpúsculos apretados, tan pobres en protoplasma que, en las preparaciones al carmín, apenas muestran otra cosa que los núcleos. Estos elementos representan morfológicamente los piramidales de la corteza típica y asta de Ammon, pero poseen también rasgos especiales que autorizan á estimarlos como una variedad de células nerviosas. Carecen, en primer término, de expansiones protoplasmáticas basilares, ó si las poseen (como ha indicado recientemente Schaffer) es sólo de manera excepcional; no muestran tampoco tallo protoplasmático radiado, por lo que el penacho terminal espinoso sufre una suerte de anticipación de origen, brotando del mismo cuerpo celular. Exceptúanse, no obstante, los granos más profundos, que son también los más exiguos, los cuales exhiben un verdadero tallo radial aunque exento de ramificaciones y de apéndices espinosos.

Por lo demás, nuestras observaciones tocante á la forma, dimensiones, comportamiento de los apéndices protoplasmáticos y nervioso de los granos, confirman plenamente las descripciones de Golgi, L. Sala y Schaffer. En concordancia con la opinión de este último sabio, nosotros no hemos visto nunca, al menos de manera regular y constante, las expansiones protoplasmáticas acumularse en torno de vasos ni enlazarse con filamentos de neuroglia; en general, las ramificaciones de dichas ramas se distribuyen y terminan en todo el espesor de la zona molecular, aunque la mayor parte llevan un curso más ó menos ascendente, y acaban junto al límite de la fascia dentata, en un paraje rico en vasos y en células neuróglicas. Tales ramificaciones ostentan un aspecto fuertemente varicoso, ofreciendo en muchos sitios asperezas laterales espinosas ó claviformes, conforme ha descrito Schäffer, disposición que, por otra parte, no falta jamás en toda zona nerviosa donde se ponen en contacto apéndices protoplasmáticos con fibras nerviosas terminales ameduladas (véase fig. 10 A).

El cilindro-eje es descendente y fino, atraviesa flexuosamente la zona de las células polimorfas, gana en espesor al llegar á la capa molecular de las gruesas pirámides y, unas veces al nivel de estas y otras en un plano más superior, se continúa con una fibra musgosa horizontal (fig. 10 b).

No es raro ver dicho cilindro-eje dicotomizarse encima de

las gruesas pirámides del hileo, marchando cada rama en dirección opuesta: una de ellas (por lo común la más delgada)

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Fig. 10-Corte de la fascia dentata y región del hileo del asta de Ammon. A, capa molecular; B, capa de los granos; C, zona plexiforme ó parte superior de la de las células polimorfas; D, capa molecular del asta de Ammon; E, capa de las gruesas pirámides de este órgano; a, grano dislocado; b, fibra musgosa; d, grano con expan. sión protoplasmática descendente; c, cilindros-ejes; e, colaterales ascendentes de los cilindros ejes de los granos; f, cilindro-eje de un grano dislocado; h, bifurcación del cilindro-eje de los granos; i, fina rama colateral inferior de una de estas expansiones.

camina hacia el interior del hileo, perdiéndose entre los cuerpos ó tallos de dichas células; y la otra se extiende hacia fuera

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