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La forma genuina de esta especie es hasta hoy exclusiva de nuestras provincias del Mediodía y la variedad creo no haya sido citada hasta hoy en Aragón. (v. v.)

Circæa lutetiana L. (Eder, Fl. dan., tomo II, lám. 210.)

Esta onagrariea, no hallada jamás en Castilla la Nueva, y sólo en contadísimas localidades de la Vieja, localidades que por otra parte no se encuentran próximas á esta provincia, existe sin embargo, aunque es muy escasa, en la cordillera carpetana. En esta misma provincia, en el término de Guadarrama, en los pinares que cubren las laderas del Pico de la Cierva, y los que al N. de esta altura corresponden al término del Espinar (Segovia) se encuentra alguno que otro ejemplar de esta especie, que siendo común en el N. no se había citado nunca por esta región.

Aunque tampoco es frecuente en el Moncayo he recogido también algún ejemplar en el hayedal que hay próximo al santuario de dicho nombre, siendo una de las pocas especies de la flora aragonesa que no fueron conocidas del Sr. Loscos, quien no la incluyó en los catálogos tan completos que le debe la flora de esta región, sin duda por no haber visitado nunca esta importante localidad. Extraño que no la hayan hallado ninguno de los botánicos que anteriormente han recogido plantas en la cordillera del Moncayo.

Estos datos amplían considerablemente el área de esta especie por lo que á nuestro país se refiere, resultando de los datos recogidos hasta hoy que es comunísima en el Norte, muy rara en el Centro y falta completamente en el Mediodía. (v. v.)

Cotoneaster tomentosa Lindl. (Mespilus tomentosa W. non Lamk.)

Esta especie se cita hoy en varias localidades del Pirineo aragonés, en la sierra de Santa Ana, Soria y en Monserrat (Costa). Dentro de este triángulo se halla situado el Moncayo, y los ejemplares que recogí hace algunos años en el hayedal que existe en la parte alta de la vertiente NE. de dicha cordilera, sobre el pueblo de San Martín, corresponden indudablemente á esta especie y no difieren en nada de los recogidos en

Bielsa por el Sr. Campo. Los ejemplares de ambas procedencias han sido comparados detenidamente con los de la forma genuina del C. vulgaris Lindl., de los que difieren notablemente y no dejan lugar á duda respecto á corresponder à la especie cuyo nombre encabeza esta nota. (v. v.)

Crataegus maura L., fil. (Crataegus maroccana Webb, Bot. Reg., 1855.)

Especie norte-africana que únicamente se ha citado en el Peñón de Gibraltar y la cual debe existir en otros puntos de Andalucía, pues por mediación del Sr. González Fragoso llegaron á mi poder unos ejemplares recogidos por nuestro consocio D. Manuel Paul en el término de Dos Hermanas (Sevilla) y que corresponden á la mencionada especie, cuya área en la Península se ensancha notablemente con solo este dato. (v. s.)

Alchemilla alpina L. (Eder, Fl. dan., tomo 1, lám. 79.)

Planta no citada hasta hoy en la provincia de Madrid, ni creo que en toda Castilla la Nueva, y aun en la Vieja sólo ha sido hallada en la vertiente N. de Gredos (Isern) y en el valle de Salazar (Née) y hallada por mí en Julio de 1890 en el Pico de la Cierva, término municipal de Guadarrama. (v. v.)

Astragalus Boissieri Fisch. (Syn. Astr. Trag., p. 11, tab. A, núm. 1; Astragalus creticus Boiss., Voy.; A. Echinus Boiss., herb.; A. siculus, v. nebrodensis Guss.)

Durante el verano de 1890 encontré en Guadarrama un rodal pequeño de esta interesante especie, que llamó mi atención por no haberse indicado nunca sino en localidades muy distantes de la sierra de Guadarrama.

Creí en un principio que se trataría del Astragalus Clusii Boiss. Reut., que ya había sido indicado próximo á los límites. meridionales de la provincia de Madrid; pero bien pronto me convencí de que no era así por los caracteres que tan marcada diferencia establecen entre estas dos especies.

En la flora de la provincia de Madrid, del Sr. Cutanda, no se menciona más que una especie espinosa de este género, de

signada allí como A. Tragacantha L., indicada con duda de Aranjuez, y que sin duda no fué recogida por dicho autor, y como los caracteres que allí se indican no le convenían, ni el verdadero A. Tragacanta existe en España, tampoco pudimos referirle á esta especie.

El Astragalus por mí hallado entonces y observado después con frecuencia y repetidamente en diversas estaciones del año, le he hallado formando un solo rodal en el término de Guadarrama, entre los sitios llamados Los Picotos y Peña Cervera. Es planta perenne, fruticosa, muy ramosa, con los ramos tendidos algo crasos, hasta de un centímetro de grueso, los cuales forman céspedes redondeados que llegan á tener un metro de diámetro.

Los ramos están recubiertos por los peciolos de años anteriores, que son espinosos, de 2 ó 3 cm. de longitud, y llevan adheridas las bases de las estípulas. Las hojas existen en las terminaciones de los ramos y resultan de yemas axilares que se desenvuelven en Agosto y Septiembre, después de la floración, siendo en las axilas de estas ya bien desarrolladas, en las que aparecen las flores al año siguiente. Las hojas jóvenes tienen uno o dos pares de hojuelas menos que las adultas, son más tomentosas y menos espinescentes; las adultas tienen el peciolo rígido y punzante y llevan seis, rara vez siete, pares de foliolas; estas son lanceolado-lineales, y terminadas en un mucrón espinescente de cerca de un milímetro; presentan un color verde pálido ó blanquecino, por estar cubiertos por ambas caras por largos pelos blancos, y están siempre plegados por su nervio medio en forma de canal, disposición que adoptan igualmente todas ellas sobre el peciolo común. Las estípulas están libres entre sí, soldadas hasta su mitad al peciolo, amarillentas, coriáceas, y son anchas en la base, lanceoladolineales en la parte libre, lampiñas por ambas caras, brillantes por el haz y con largas pestañas blancas marginales.

Las flores nacen en glomérulos, formados por dos ó tres flores en la axila de cada hoja, flores todas sentadas é insertas separadamente cada una con bracteas verdoso-amarillentas, ligeramente coriáceas, naviculares, la quilla erizada de pelos blancos. El cáliz con los dientes tan largos como el tubo, lineales, iguales y terminados en una brocha blanca, formada por la reunión de los pelos numerosos largos y blanquísimos que

recubren toda la cara exterior del cáliz. La corola es persistente y tiene doble longitud que el cáliz poco más de un centímetro, y es de un color blanco levemente amarillento, con las alas espatuladas estrechísimas y el estandarte panduriforme y la quilla en forma de cuchara, plegada por medio, escotada en su ápice y algo sombreada de pardo en la parte interior de su terminación donde está en contacto con las anteras; estas de color anaranjado; los filamentos son rectos. El cáliz no es acrescente ni se infla en la fructificación; la legumbre es tan corta ó más que el cáliz, dentro del cual queda inclusa, recubierta de tomento blanco plateado, con una sola cavidad, y ésta monosperma.

Esta descripción, hecha con repetidos ejemplares estudiados en fresco y en la época conveniente para cada órgano, es lo suficiente para afirmar que se refiere al Astragalus Boissieri Fich., cuya sinonimia ponemos á la cabeza de esta nota; mas quedaría alejada toda duda haciendo notar la imposibilidad de referirla á ninguna otra especie de Astragalus espinosos que puedan hallarse en nuestro país.

Difiere la especie por mí observada en Guadarrama de los Astragalus aristatus L'Hérit., Neradensis Boiss. y Clusii Boiss. et Reut., por tener todas estas especies varias flores sobre un pedúnculo común, formando en la axila un racimo de pocas flores, y los cálices fructíferos acrecidos ó inflados, y se distingue no menos marcadamente del Astragalus Massiliensis Lamk., porque en esta especie las flores forman un racimo con un pedúnculo relativamente largo, los pelos son ahorquillados, las corolas caedizas y las legumbres salientes, doble más largas que el cáliz y con dos cavidades dispermas. Estas son las únicas especies espinosas que de este género han sido halladas. en España.

Es, pues, indudable que esta interesante especie que se menciona en esta nota, no puede referirse sino al A. Boissieri Fisch., de la que difiere en algún detalle que creemos no justificaría su consideración como especie distinta, dado el severo criterio que es preciso mantener en la fitografía, y la importancia del hallazgo nace de que esta especie no ha sido indicada nunca en la provincia de Madrid, y sólo en una localidad de una de las provincias colindantes, habiéndose citado primeramente en Andalucía y en el Bajo Aragón; y por último, la Comisión

de la Flora forestal española la recogió en la provincia de Guadalajara (Rincón de Orea).

Por eso creemos que la localidad ahora descubierta viene á aumentar el área de una especie interesante, encontrándola no solamente en la provincia de Madrid, sino en la misma Sierra de Guadarrama, que tanto dista de las demás localidades en que hasta hoy se la había indicado.

Cierto que en la provincia de Madrid se ha citado ya algún otro Astragalus espinoso, pues el mismo Cutanda cita uno con duda de que sea de Aranjuez; supongo que la duda se refiera á que el ejemplar fuese recogido dentro de la provincia, por tratarse de un pueblo fronterizo con la de Toledo, y bajo el nombre de Astragalus Tragacantha L.

No hubiera venido mal en esta denominación el interrogante que el mencionado autor puso en la localidad, pues se trata de una especie indicada varias veces en España por los antiguos, por confusión con otras que tienen un porte parecido, pero cuyo tipo genuino no parece existir en nuestro país.

Lástima es que el Sr. Cutanda no indique si llegó á ver ó no el ejemplar que le indujo á incluir esta especie entre las de la provincia de Madrid, y que en su herbario no se hallen ejemplares de este ni de ningún otro Astragalus espinoso, pero en buena crítica debe suponerse que le vió y que á él corresponde la descripción que hace en su flora de la mencionada provincia (pág. 241), y en este caso no tiene duda que no se refiere tampoco al A. Boissieri, pues la planta indicada por Cutanda tenía 13-25 foliolas, flores en racimos y legumbres salientes, ca— racteres que imposibilitan su referencia al A. Bossieri, como puede verse por la descripción hecha, y creemos que se refiere á algún ejemplar del A. Clusii que le trajesen de las inmediaciones de Aranjuez, sin poder afirmar si de esta provincia ó de la de Toledo. Creemos esto porque los caracteres mencionados por Cutanda parecen convenir al A. Clusii, y porque esta especie fué ya citada de Aranjuez á Urda por Quer, y en el mismo Aranjuez por García Ortega. Se trata, pues, de una especie que es común en el Centro, E. y S. de España, y que ha sido citada también por Loefling y por Rodríguez en la Mancha y la Alcarria, y por los autores modernos; pero que no puede ser la misma que creemos haber hallado por primera vez en esta provincia, por tener la especie citada por Cutanda

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