Page images
PDF
EPUB

Dulce intuicion del alma que consuela
Al vate, del naufragio libertado;

Y feliz le revela

Tu grato porvenir, ó pueblo amado,
En que cantes, exento de amarguras :
Hosanna y gloria á Dios en las alturas!

Figueroa era poeta de vocacion; pero le faltaba fuego y viveza; era fecundo, pero no arrebatador; era correcto, pero no fascinador; tenia sentimiento, pero no pasion. Se empapó mucho en la lectura de los clásicos griegos y latinos, y si esa lectura le formó el gusto y le preparó á la correccion y la elegancia del estilo, tambien le aprisionó demasiado la imaginacion. La sobriedad de imágenes y la temperancia de lenguaje y de sentimientos, son cualidades recomendables; pero ello es cierto que hay composiciones líricas cuya belleza depende en parte del arrebato, del fuego, de la viveza en los movimientos del alma, de esa obediencia ciega á los impulsos del estro; y Figueroa resistia á esas solicitaciones del demonio interior, y se precavia contra aquellos ardores de la imaginacion meridional.

En cambio, ademas de las cualidades mencionadas en otro lugar, al poeta oriental no le faltaba ni la propiedad de la palabra, ni lo preciso de la idea, ni la amable simplicidad, ni el brillo y la elevacion. A pesar de que se alejó siempre de lo afectado de estilo y de las exageraciones del pensamiento, evitó con cuidado caer en lo vulgar y lo prosáico.

Figueroa siguió, sin esperarlas, las instrucciones de Cuvillier-Fleury, que ha dicho: «Hay un límite mas allá del cual no hay poetas ni poesía, porque si sus dominios parecen infinitos, tienen por límites por todas partes la gramática,

la prosodía, la tradicion, el génio nacional, el sentido comun; fronteras que se pueden traspasar, pero con la certidumbre de perderse entre la niebla ó de caer en el fango. »

Figueroa, dulce, correcto y fecundo poeta, siempre tuvo presente esto:

Il faut, même en chanson, du bon sens et de l'art.

Y por esto será uno de los mas estimados poetas y literatos de la América latina. Su nombre es popular y sus poesías pasarán á la posteridad.

Paris, 1863.

DON VICENTE G. QUESADA.

M. Cuvillier-Fleury, el decano de los críticos franceses, al hablar del eminente Rigault, ha dicho:

« Rigault amaba la lucha, pero en su terreno, con sus armas, su escudo y su divisa, como caballero y no como bandido. No atacaba : era un campeon paciente, moderado, intrépido y hábil. »

Este retrato se completa con las palabras que poco ántes de morir escribia el mismo Rigault : « Es preciso, decia, tener en cuenta que la dignidad de carácter no quite nada á la firmeza del espíritu. La moderacion eficaz es la moderacion armada. »

Nada podríamos decir que hiciese conocer mejor el carácter y las cualidades de Quesada. Aquel es su retrato. Escritor distinguido, sus obras llevan el sello de la mas alta razon y del buen sentido. Ha leido mucho y ha meditado mas. Diarista, abogado, literato y orador en las Cámaras legislativas, siempre ha puesto su pluma y su palabra al servicio de sus principios, y nunca se ha manchado «< con las traiciones de la pluma ni las bajezas de la palabra, » segun la expresion de Jules Janin.

En sus escritos y discursos, y hasta en la correspondencia epistolar, se revela el pensador, el hombre de estudio y el cumplido ciudadano. Fiel á su bandera, ha sido leal y justo con sus adversarios.

Como veremos mas abajo, en sus tareas de periodista como en sus altas funciones de legislador, Quesada se ha mostrado de un espíritu elevado, y ha defendido los intereses nacionales, sin dejarse arrastrar por las fatales inspiraciones de bando, por las mezquinas exigencias locales; propendiendo siempre á la estrecha alianza entre todos los pueblos del continente latino-americano.

Al trazar la biografía del eminente brigadier Mitre, ha habido adversarios poco generosos que han hallado mal el que hiciéramos justicia á esa alta inteligencia y á ese noble carácter; y ha habido quienes nos escriban conjurándonos para que no tracemos una sola línea acerca de la vida y de las obras de los Señores Velez Sarsfield y Sarmiento. A su turno, los del campo contrario se indignan al tener noticia de que consagramos nuestra pluma en delinear esbozos biográficos de Alberdi, Quesada y otros sugetos que profesan el mismo crédo político.

Impasibles nos dejan las excitaciones y aun las recriminaciones de unos y de otros. Esas críticas en sentido contrario, se destruyen mútuamente. En tanto que hallemos inteligencia, amor á la República, sinceridad de convicciones, honradez y pureza de sentimientos, poco nos importa la bandera que se siga. Cualquier Americano que se distinga por sus escritos y por sus actos, honra á la Patria comun y sirve de protesta á las injustas y apasionadas acusaciones que se dirigen contra la América.

Ya es tiempo de que, en medio de nuestras ardientes luchas políticas, se reconozca un campo neutral, en que se den la mano todos los combatientes: ese campo es el de las letras.

El publicista argentino de que venimos hablando nació en Buenos-Aires, el dia 5 de abril de 1830.

Despues de estudios deficientes de literatura y filosofía,

estudios que mas tarde ha completado, Quesada frecuentó las clases de jurisprudencia; y el 19 de agosto de 1850 recibió el grado de doctor.

A la caida de Rósas, el nuevo abogado empezó á tomar parte en la política y se puso del lado de los defensores del pueblo.

La República Argentina estaba habituada á vivir bajo el régimen federativo: bajo esa bandera se hizo el pronunciamiento del 1o de mayo de 1851, y ese fué el programa del 3 de febrero de 1852. Quesada, al tomar parte en la discusion de las cuestiones de organizacion nacional, se puso del lado de los defensores del accidente federativo.

Conocidos son nuestros principios acerca de este punto : siempre hemos combatido ese sistema, y acerca de lo que ha ocurrido en las orillas del Plata hemos escrito varios artículos, sobre todo en 1858 y en 1861. Inútil es entrar hoy en el exámen de esa cuestion. Ya lo hemos dicho muchas veces somos partidarios del establecimiento de un sistema municipal que ponga á las secciones en posesion de todos sus derechos y que les atribuya el libre manejo de sus intereses; defendemos la descentralizacion administrativa; pero somos adversarios de ese bastardo sistema federativo á lo hispano-americano, que rompe la unidad nacional, introduce odios lugareños, despierta ambiciones hasta en las aldeas, acarrea el establecimiento de gobiernos provinciales complicados, funda caricazgos y prepara guerras internacionales.

La historia de la federacion en la América latina está escrita con sangre. Desde el Orinoco hasta el Plata, ese sistema ha comprometido la independencia patria, ha producido la desmembracion de los Estados y ha hecho surgir tiranos como Bóves, Rósas y Mosquera, sin contar otros ménos prominentes. Sin embargo, Quesada estaba y está muy distante

« PreviousContinue »