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conocen de esta escritora las obras siguientes: Lalicia, ó ei Castillo sin espectro, 1801, cuatro tom. en 12.o-Historia dela familia Grubthorpe, 1802, tres tom. en 12.o Cartas de mistress Palmerston á su hija, 1803, tres tom. en 12.0 -El legado inesperado, 1804, dos tom. en 12.o—Lady Macluirn, ó la víctima de la maldad, 1806, cuatro tom. en 12.0-La maestra de escuela, 1810, dos tom. en 12.0 Finalmente un tomo de Poesías, publicado en 1802, en 8.o HYPATIA 6 HIPACIA, célebre egipcia, hija de Teon, matemático muy distinguido de Alejandría: nació hácia el fin del siglo IV, y fué discípula de su padre. A una rara penetracion, unía Hypatia tal desco de instruirse, que pasaba estudiando los dias enteros y parte de las noches; de modo que bien pronto sobrepujó á su padre en el conocimiento de las matemáticas y especialmente de la geometria, de la cual habia hecho un objeto particular de estudio. No por esto descuidó las demás ciencias que abraza la filosofía: Platón era su autor favorito y preferia sus opiniones á las de Aristóteles. Siguiendo el ejemplo de aquellos grandes hombres, quiso añadir á sus conocimientos los de los mas famosos maestros de Atenas, y fué á esta ciudad para tomar sus lecciones y perfeccionarse en las ciencias. Cuales serian sus progresos, se deducirá facilmente de los dos hechos que vamos á indicar. Primero: en Grecia se la dió el sobrenombre de la

Filósofa. Segundo: apenas hubo regresado á su pátria, los magistrados la invitaron á que enseñase la filosofía, y la dieron la misma cátedra que en otro tiempo habia ocupado el célebre Plotino: de forma que entonces se vió á una mujer suceder á aquella série de filósofos que por cerca de doscientos años habian hecho de la escuela alejandrina una de las mas famosas del mundo literario. Una distincion tan lisonjera, y de la que aun no se habia dado ejemplo alguno en Egipto, estimuló á nuestra filósofa á redoblar su celo para desempeñar dignamente las funciones cuya grave importancia conocia. Sócrates, el historiador, dá algunas noticias acerca del método que habia establecido para sus lecciones: enseñaba primeramente las malemáticas, y despues las aplicaba oportunamente á las diversas ciencias que abraza la filosofía: constantemente comenzaba por establecer axiomas é iba deduciendo y desenvolviendo progresivamente sus naturales consecuencias; pero nunca hablaba en público sin haberse antes preparado con la meditacion y el estudio. La reputacion de su ciencia y de su habilidad para la ense – ñanza, se extendió por todas partes, y bien pronto fué asombroso el número de sus discípulos: entre estos se contaban muchos hombres que se hicieron célebres; y con especialidad Sinesio, despues obispo de Ptolemayda, al cual manifestó toda su vida una tierna amistad, si bien rehusó constante

mente abrazar el cristianismo. No era solo su profundo saber lo que daba celebridad á Hypatia: su admirable hermosura y sus grandes virtudes, la hacian asimismo muy recomendable. Vestía con sencillez y casi siempre iba embozada con un manto á la manera de los filósofos. Su conducta estuvo siempre al abrigo hasta de la mas ligera sospecha: casi todos los jóvenes se prendaban de sus atractivos; pero sabia hacerse respetar; y desechar toda idea de un enlace que la hubiera distraido de su aficion al estudio. Uno de sus discípulos concibió por ella el amor mas violento; pero jamás halló otra contestacion á sus apasionadas instancias, que breves y filosóficos razonamientos. Todos los prefectos de Egipto se procuraban la amistad de Hypatia; y especialmente Orestes, que admiraba sus talentos y la pedia frecuentes consejos. Este personaje ofendió en alguna de sus providencias al pueblo, y los malévolos, acaso los envidiosos atribuye ron la conducta del prefecto á los consejos de Hypatia: consiguieron sublevar la plebe, detuvieron á la filósofa cuando íba al aula, la obligaron á bajar de su carro, y la llevaron arrastrando hasta la iglesia llamada Cesarea, donde la mataron á pedradas. Despues aquellos furiosos hicieron pedazos el cadáver de la ilustre alejandrina, los llevaron por las caIles de la ciudad, y los quemaron en el sitio llamado Cinarion. Esta catástrofe horrorosa tuvo lugar

el dia 2 de marzo del año 415. -Como las providencias del prefecto Orestes, que antes hemos indicado, eran la consecuencia tal vez de la falta de buena armonía côn el obispo San Cirilo, se ha pretendido que este prelado fué la causa principal de la muerte de Hypatia; y aun hay historiadores que aseguran que parte de las tropas auxiliares, mantenidas por las corporaciones religiosas, habian sido las ejecutoras de aquel horrible asesinato. En lo que parece no queda duda alguna es en que un lector de la iglesia de Alejandría, llamado Pedro, acaudillaba las turbas de los asesinos; pero esta circunstancia no prueba que San Cirilo desmintiese con aquel atentado una vida entera y gloriosa de probidad ejemplar y de relevantes virtudes. Fleury parece como que se acerca á la opinion del historiador Sócrates, que no exime enteramente al santo prelado de aquellas sospechas; mas otros escritores contemporáneos no dicen una sola palabra acerca de este asunto, y es necesario tener presente que Damascio, que es el que mas insiste en la culpabilidad de San Cirilo, era pagano y no muy libre de cierto fanatismo.Las obras de Hypatia perecieron en el incendio de la biblioteca de Alejandría: dícese que habia entre ellas un Comentario sobre Diofante, un Canon astronómico, y un Comentario sobre los cónicos de Apolonio de Perga. Ignóranse los títulos de las demas obras que escribió, pues la carta que el

P. Lupo atribuye à Hypatia é inserta en su Coleccion, es notoriamente apócrifa atendiendo á que se habla en ella de la condenacion de Nestorio, que fué posterior á la muerte de la célebre filósofa. En las obras de Sinesio, el obispo de Ptolemayda, se leen siete cartas que este escribió á Hypatia, y es sensible el extravio de las contestaciones, porque se cree que aclararían hechos importantes, para cuyo conocimiento perfecto se carece dedocumentos fehacientes. En los tomos 5.0 y 6. de la Continuacion de las Memorias de literatura del P. Desmolets, se encuentran detalles interesantísimos acerca de Hypatia.

HYPSICRATEA, mujer de Mitridates, rey del Ponto: fue célebre por su virtud y su belleza; y no menos por haber acostumbrado su delicado cuerpo á las

fatigas mas rudas. Montaba á caballo y soportaba el peso de las armas, para poder seguir en las expediciones guerrera sá su espogo, á quien amaba apasionadamente.

HYPSIPILA, hija de Thoas, soberano de la isla de Lemnos, á quien libertó la vida é hizo huir secretamente á la isla de Chio, cuando sus compatriotas degollaron á casi todos los hombres de Lemnos. Despues fué apresada por unos piratas y vendida al rey de Tesalia, Licurgo. Este la hizo nodriza de su hijo Archemoro, de cuya muerte fué causa inocente. Hypsipila debia vivir segun estos antecedentes por el tiempo de la guerra que se hacian en Tebas los hijos de Edipo: no hay necesidad de añadir que su vida está llena de relaciones fabulosas.

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IBAÑEZ (María Ignacia), actriz de los teatros de esta córte, que vivia por los años 1770. Las siguientes líneas que tomamos de la biografía de D. Nicolás Fernandez de Moratin, inserta en nuestro Diccionario histórico, la dará á conocer mucho mejor que nosotros pupiéramos hacerlo. «Cultivaba por >>entonces Moratin la amistad del >>célebre Cadalso: juntos frecuen>>taban la casa de María Ignacia >>Ibañez, sensible, modesta, her»>mosa, jóven actriz, á quien el »>segundo de ellos amaba con la >>mayor ternura, y para honor de >>las que pisan el teatro, era igual»mente correspondido. La celebró >>en sus versos con el nombre de »Filis, y apenas empezó á lla>>marse dichoso, lloró su muerte. »No quiso Dalmiro que su amiga >>representase la tragedia de San»cho García, hasta que Moratin >>la hiciese recomendable al pú>>blico en el papel de Hormesin>>da.»> Y mas adelante: «En el año »siguiente de 1771 se representó »la tragedia de Sancho Garcia, y >>Moratín celebró en elegantes ver>>sos el mérito del autor y el de >>la interesante actriz etc»-De donde podemos inferir que María Ignacia Ibañez murió poco tiempo despues de haberse dado al tea

I

tro la tragedia de nuestro célebre Cadalso.

ICASIA, jóven muy instruida, cuyo ingenio perjudicó á su fortuna. Dicese que deseando casarse el emperador de Oriente Teófilo, poco despues de haber sucedido en el trono á su padre Miguel (1), mandó que llevasen á su palacio las doncellas mas hermosas que se hallasen en el im. perio. Así se ejecutó, contándose entre las que condujeron á Constantinopla, Icasia, descendiente de muy noble familia, hermosa en extremo, de ingenio agudísimo y muy brillante y dotada de una erudicion poco vulgar. Presentadas todas á Teófilo, comenzó este á pasearse por entre ellas, llevando en la mano una manzana de oro que pensaba entregar á aquella en quien recayera su eleccion. Con este objeto se detuvo bastante á examinarlas, y al inclinarse hácia Icasia, esclamó: ¡Muchos males han causado las mujeres!! A lo cual respondió Icasia con aire modesto: Tambien han sido causa las mujeres de muchos bienes! Esta contestacion hizo mudar de parecer al emperador; y temiendo sin du

(1) Teófilo comenzó á imperar el año 829.

da ser dominado por una mujer que desde luego demostraba tener mas talento que él, eligió para esposa á Teodora, natural de la Paflagonia, dándola el título de emperatriz Augusta. Icasia fundó un monasterio, se retiró á él y dividió el resto de su vida entre las prácticas piadosas y el estudio, escribiendo varias obras con que trasmitió su nombre à la posteá rioridad.

IFIGENIA, hija de Agamenon y de Clitemnestra. Cuando los príncipes griegos estaban á punto de partir para el sitio de Troya, el mar quedó en calma por mucho tiempo, y se vieron precisados á detenerse en la Aulida. Consultado el oráculo, declaró que Diana irri tada contra Agamenon, no se aplacaría sino con la sangre de una princesa de su familia. Iba ya Ifigenia á ser sacrificada, cuando el mismo oráculo declaró que la divinidad se habia ya apaciguado, y entonces la trasladaron á la Taurida, donde se hizo sacerdotisa de aquella Diosa. Despues de la destruccion de Troya y del asesinato de Agamenon (Vease CLITEMNESTRA) Orestes que habia dado muerte á su madre Clitemnestra, atormentado por el remordimiento consultó tambien al oráculo, y su contestacion fué que no lograría sosiego hasta haberse apoderado de la estátua de Diana. Marchó con este fin á Taurida, acompañado de su primo é íntimo amigo Pílades: pero conocido su intento, fueron presos y conducidos ante el rey, que ordenó la muerte

de uno de los dos. Entonces comenzó aquella noble y célebre disputa, que hizo proverbial su amistad: los dos querian morir para librarse recíprocamente de tan cruel sacrificio. Al fin venció Orestes, y en el momento en que iba á ser inmolado, le reconoció su hermana Ifigenia, y consiguió que se difiriese el sacrificio. Despues se fugó con entrambos prisioneros, llevándose en una nave la estátua de Diana. Es lo único que nos atrevemos á decir acerca de la hija de Agamenon; porque esta parte de la historia de Grecia está muy llena de fábulas, El rapto de la estátua de Diana debió suceder por los años 1165 á 1160 antes de nuestra era.

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INCHBALD (mistress Isabel Simpson de), actríz inglesa, y escritora célebre: nació en 1756 en Staming.-Field, condado de Suffolk. Su padre era un labrador que tenia muchos hijos, notables por su hermosura, y la de Isabel era extraordinaria. Desde muy niña se observó en ella una aficion decidida á la lectura; y este ejercicio, en que aprovechaba mucho su natural talento, fue causa de que concibiese un deseo tan violento de ver la córte, que al cumplir diez y seis años no pudo hacerse superior á su curiosidad, abandonó la casa paterna y fué á Lóndres. Por casualidad no se hallaba en la capital el único conocido con quien contaba, y se vió en aquel inmenso pueblo, absolutamente sola, privada de experiencia y de consejos. Aunque

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