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pertenecía á una familia distinguida y poseedora de muchos bienes. Un heresiarca llamado Pelagio extendia por aquel tiempo sus errores en Inglaterra y hacia muchos prosélitos: los obispos de las Galias enviaron á San German de Auxerre para que combatiese sus doctrinas, y al pasar por Nanterre distinguió á Genoveva, entonces de siete años de edad, entre la multitud que le rodeaba con objeto de recibir su bendicion. La habló el santo, y la consagró desde aquel momento al Señor, presidiendo él mismo la ceremonia. Luego que murieron sus padres, Genoveva se retiró á París y vivia en casa de su madrina; mas se dudó de la sinceridad de su devocion y fue acusada de hipócrita y supersticiosa. Bien pronto sin embargo se presentó una ocasion para confundir á sus calumuiadores y hacer ver que su piedad no solo era síncera sino muy acepta á los ojos de Dios. Atila, el terrible rey de los hunos, invadió las Galias: la fama de sus atrocidades se habia extendido ya por todas partes, y los habitantes de París poseidos de espanto, completamente aterrados, se disponian á abandonar sus hogares con precipitacion, cuando Genoveva les predijo que Atila no entraria en París, y les recomendó que no saliesen de la ciudad. Esta prediccion irritó en tales términos á sus adversarios que la acusaron como hechicera, y ya discurrian el gé

nero de suplicio en que habia de perecer. Asi hubiera sucedido sin la intervencion de San German que la protegió decididamente; y como su profecia se cumplió, pues el rey de los hunos ni se aproximó siquiera á aquella ciudad, las calumnias de que la santa habia sido víctima se cambiaron desde entonces en elogios, respeto, y profunda veneracion. El espectáculo de sus virtudes la hicieron el objeto del amor del pueblo, sobre el cual adquirió la mas grande influencia, que merecia ciertamente por sus señalados servicios. Mas adelante los francos afligieron á la Gaula con el peso de otra invasion: un poderoso ejército cercaba enteramente á París: el sitio continuaba hacia ya largo tiempo, y la devoradora hambre que se dejó sentir puso á sus habitantes en el mas terrible conflicto. Entonces Genoveva compadeciéndose de sus sufrimientos se expuso á toda clase de peligros para libertar al pueblo de la desgracia que le oprimia. Se fue á la Champaña reunió muchos cereales é hizo conducirlos á París por el Sena, con lo cual remedió aquella necesidad pública. Cuando los francos se hicieron dueños de todo el pais, la santa ejerció sobre ellos su acostumbrada influencia; y su rey Childerico, aunque pagano, la trataba con mucho respeto y diferencias: nada la rehusaba, y se dice que cuando pronunciaba una sentencia de muerte se

escondia temiendo las palabras y las miradas de la santa, que era como un angel tutelar de todos los desgraciados, pues á su voz se rompian las cadenas de los cautivos, y abríanse las puertas de los calabozos. Atribúyense á esta santa un considerable número de milagros: los que obró en Troyes, Orleans, Tours, Meaux, y otros pueblos que recorrió, extendieron su reputacion hasta el oriente: S. Simon Stylita la demostró la mas grande admiracion. Clodoveo acordó siempre la libertad á los prisioneros y aun á los criminales arrepentidos por quienes la santa intercedia. Cinco semanas despues de la muerte de este mismo rey, el primero de Francia que profesaba la religion cristiana, (el 3 de enero de 512), falleció Santa Genoveva á los ochenta y nueve años de edad. Clodoveo habia edificado sobre la colina meridional de París una iglesia en honor de los apóstoles S. Pedro y S. Pablo; á esta iglesia fue trasladado el cuerpo de la santa con la mayor pompa, y sepultado junto al de aquel rey; pero las virtudes y los beneficios recibidos de Ge. noveva estaban tan profundamente grabados en el corazon de los parisienses, que bien pronto olvidaron que aquella iglesia esta ba dedicada á los príncipes de los apóstoles, y desde entonces hasta que fue destruido aquel antiquísimo monumento por la revolucion, se llamó siempre por el pueblo la iglesia de Santa Ge

noveva. La caja en que estaban encerradas las reliquias de esta santa especialmente desde 1240, era de mucho valor: baste decir, que tenia siete marcos y medio de oro, y ciento ochenta y tres de plata, y estaba cubierta de pedrería: ademas María de Médicis hizo colocar encima una corona y un ramillete de diamantes que aumentaron en mucho aquel valor. En tiempo de la revolucion desapareció este célebre relicario y su contenido; pero se dice que al gunos celosos cristianos pudieron salvar de la hoguera de la plaza de Greve varios restos que en el dia se ofrecen á la veneracion de los fieles en la iglesia de San Esteban del Monte. La cristiandad honra la memoria de Sta. Genoveva el dia 3 de

enero.

GENOVEVA DE BRABANTE, señora muy célebre por sus desventuras, que vivia en el siglo VIII. Era hija de un duque de Brabante, y se casó con Siffroi 6 Sigefredo, conde palatino de Offtendick, señor de Simmeren en las inmediaciones de Treveris. En 732, este señor se vió obligado á reunirse al ejército que Carlos Martél conducia contra los sarracenos; y confió á Golo su intendente por el tiempo que durase su ausencia el cuidado de Genoveva, que quedaba embarazada sin saberlo. El indigno Golo se enamoró perdidamente de la extraordinaria hermosura de la esposa de su señor:

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se valió de todos los medios imaginables para seducirla; pero viendo burladas sus esperanzas, tomó una venganza infame de aquella resistencia, acusándola ante Sigefredo de infidelidad y dicién dole que acababa de dar á luz el fruto de su adulterio. Irritado el palatino ordenó que ahogasen á la madre y al hijo; pero los criados á quienes Golo encargó la ejecucion de aquella órden bárbara, tuvieron piedad de las dos víctimas, las conservaron la vida y las abandonaron en el mismo sitio donde debian darlas muerte en medio de un bosque intransitable. Genoveva asi abandonada vivió segun se dice, en el bosque y crió á su hijo con frutas salvajes y la leche de una cierva que logró domesticar. Cinco años despues halábase cazando en aquel mismo bosque su esposo Sigefredo, y fue conducido á la gruta en que vivian Genoveva y su hijo por la cierva que él perseguia. El palatino no la reconoció hasta despues de haberla hecho varias preguntas que le persuadieron bien pronto de su inocencia : entonces la llevó á su castillo y la restableció en los honores que la eran debidos. Genoveva mandó construir en la misma gruta que la habia servido de asilo aquellos años, una capilla que dedicó á la Santísima Virgen, y de la cual existen todavía algunas ruinas. Esta aventura interesante de Genoveva ha suministrado el argumento para muchas

tragedias, dramas, y novelas; y es muy conocida especialmente por las canciones populares. Hay en francés una historia de Genoveva de Brabante escrita por el P. Cerisier de la compañía de Jesus y que lleva el título: La inocencia reconocida, París, 1647, un tomo en 8.o Tambien en español hay una historia de Genoveva de Brabante. Las tragedias de Muller y de Tieck son las únicas obras de mérito que las desgracias de Genoveva han inspirado: sin embargo aun en la actualidad dicen que gran número de peregrinos visitan las ruinas de la capilla que aquella señora mandó edificar, y que conserva el nombre de La capilla de Frauenkirchen.

GEN-SIOO, emperatriz del Japón, en cuyo gobierno sucedió á Gen-Mei en 715. Esta soberana dictó unos reglamentos especiales respecto á los trajes que habian de usar las mujeres, segun se crec, para limitar su aficcion excesiva al lujo. Su reinado fue glorioso á pesar de su extremada juventud; y mereció grandes elogios de todos sus súbditos. Cuando cumplió veinte y cuatro años, despues de gobernar por espacio de nueve, abdicó la corona en su sobrino Sioo- Nuc. Aun vivió despues veinte y cinco años.

GENTILESCHI (Artemisa), pintora italiana; era hija del célebre florentino Orazio Gentileschi, y nació en 1590. Recibió lecciones de su padre y de Gui

do á quien debió sus grandes progresos. Pasó la mayor parte de su vida en Nápoles y alli ejecutó casi todas sus composiciones de las cuales la mas estimada es el cuadro que representa el Combate de David con Goliath. El museo de Florencia posee tambien otro excelente cuadro de Artemisa que representa á la casta Susana. En el real sitio de S. Lorenzo (casita de abajo, gabinete de la reina) se admira asimismo otro cuadro de Artemisa que representa á la Santísimo Virgen jugando con el niño Dios. Esta pintora sobresalia expecialmente como retratista. Habiendo acompañado á su padre en un viaje á Inglaterra, murió en aquel reino en el año 1642. GEOFFRIN (María Teresa Rodet de), una de las mujeres mas célebres del siglo XVIII: nació en París el 2 de junio de 1699, y debió la celebridad de que ha gozado á los encantos de su ingenio y de su persona, no menos que al modo con que empleó su fortuna. Era hija de un sumiller de cortina de la princesa esposa del delfin; á los quince años de edad casó con Mr. Geoffrin, rice asentista, del cual no tardó mucho en quedar viuda. Dotada como hemos dicho, de muchos atractivos y amiga por carácter de ser útil á cuantas personas conocia, hizo de su casa por espacio de cincuenta años el punto de reunion de los literatos y de los artistas mas célebres que se conocian; y no

llegaba á París extrangero alguno distinguido que no solicitase con empeño ser presentado en sus salones. Entre sus convidados habituales se contaba á Vien, Vanloo, Fontenelle, d'Alembert, Buffon, Raynal, Morellet, Marmontel, Thomas y muchísimos otros. Entre todas las ilustradas señoras que en los siglos XVII y XVIII, reunieron y presidieron esta clase de tertulias literarias, tales como la señorita de Scudery, Mad. de Tencin, Mad. du-Deffant, ect., dícese que ninguna como Madama Geoffrin merece que la posteridad continúe acordándola las consideraciones y respetos de que gozó durante su vida. Porque, no solo sus salones estaban abiertos para los literatos y los artistas, sino que era para ella una necesidad y un hábito el hacer bien. Recomendaba el mérito desconocido, usaba del crédito de los personages influyentes que la visitaban para servir á sus amigos, y aun les ayudaba con su peculio. Asi es que ademas de haber contribuido á sostener la publicacion de la Enciclopedia, muchos miembros de la Academia francesa recibieron de ella pensiones vitalicias bastante considerables; y distribuia todos estos beneficios con tanta delicadeza como grande era la generosidad que se los inspiraba.- La educacion de Mad. Geoffrin habia sido un tanto descuidada; ella misma confesaba ingenuamente que no era muy fuerte en orto

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