Obras, Volume 4

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D.M. Repullés, 1803
 

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Popular passages

Page 196 - Descripción de la máscara ó mogiganga que hicieron los jóvenes Teólogos en la ciudad de Salamanca, con motivo de la canonización de San Luis Gonzaga y San Estanislao de Koska. Por el P.
Page 147 - ¡Entre cuántos peligros camina el hombre el corto trecho que hay de la cuna al sepulcro! " Cada vez que siento el pie, me parece hundirse el suelo, preparándome una sepultura... Conozco dos o tres hierbas saludables; las venenosas no tienen número.
Page 159 - Quinta miseria me anuncian! en estos, ay! en estos se ha convertido tu carne ! de tus hermosos ojos se han engendrado estos vivientes asquerosos ! tu pelo , que en lo fuerte de mi pasión llamé mil veces no solo mas rubio , sino, mas precioso que el oro, ha producido esta podre ! tus blancas manos , tus labios amorosos se han vuelto materia y corrupción...
Page 139 - En treinta y cinco años que soy sepulturero, sin dexar un solo día de enterrar alguno ó algunos -cadáveres, nunca he trabajado en mi oficio hasta ahora con horror. TEDIATO. Es que en ella me vas á ser útil: por eso te quita el cielo la fuerza del cuerpo y del ánimo. Esta es la puerta. LORENZO. Que tiemble yo ! •» , TEDIATO. Anímate.... imítame. LORENZO. Qué interés tan grande te mueve á tanto atrevimiento? Paréceme cosa difícil de entender, . f TEDIATO. Suéltame el brazo.
Page 147 - ¡Cuántas de un agua que no ha mojado la superficie de la tierra ! ¡ Cuántas de un sol que no ha entibiado una fuente ! ¡ Entre cuántos peligros camina el hombre el corto trecho que hay de la cuna al sepulcro!
Page 198 - Aven* turas de Don Querubín de la Ronda, que sacó de un manuscrito Español , y publicó en Francés Mr. Le-Sage , traducido al Castellano : dos tomos en octavo , á 20 rs. en pasta , y 1 6 en pergamino.
Page 135 - El cielo también se conjura contra mi quietud, si alguna me quedara. El nublado crece. La luz de esos relámpagos..., ¡qué horrorosa! Ya truena. Cada trueno es mayor que el que le antecede, y parece producir otro más cruel.
Page 22 - ... de los hombres; y aun en tal disposición los barajamos, que aun ellos no se entienden con nosotras: vive el comercio, inveníanse telas, discúrrense abanicos, revuélvense las modas y, en fin, todo el orbe sociable respira, gusta y posee las glorias de la sociedad y de la hermosura...
Page 161 - ... digna *. En fin, ya se habrá desvanecido la noche. Sólo mi corazón aún permanece cubierto de densas y espantosas tinieblas. Para mí nunca sale el sol.
Page 15 - Corría presurosa mi fantasía los espaciosos campos de la imaginación, lisonjeándose en la velocidad de sus carreras, con la que en breves instantes transmigraba campos, repasaba ciudades y sondeaba mares, sin que se le opusieran perezosas las distancias a sus deseos; que a operaciones del espíritu no hay remoto clima que se desdeñe al examen de sus preciosidades: mas como no hay pez, que en el...

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